«La realidad virtual, aumentada y mixta se aplica a todo tipo de campos, como la psicología, la neurociencia, la medicina y el marketing»
El nuevo Hub Interdisciplinario de Investigación e Innovación, presentado en octubre y situado en el campus UOC de Poblenou, aglutina los diferentes laboratorios de la UOC. Entre ellos están los históricos ya consolidados, pero también los de nueva creación. Uno de estos es el XR Lab, dedicado a las tecnologías inmersivas y que hace investigación en temáticas como la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta.
Oficialmente, el XR Lab existe desde la creación del Hub Interdisciplinario de Investigación e Innovación (la web todavía no está disponible), a pesar de que en realidad se hace investigación en tecnologías inmersivas desde hace tiempo. “Yo mismo empecé la investigación en la UOC en 2015. Tenemos publicados, por ejemplo, artículos sobre tecnologías inmersivas en la educación superior: aplicaciones, retos y buenas prácticas, artículos sobre cómo la alteración del *feedback* visual de un avatar puede influir inconscientemente en la amplitud del movimiento y la actividad muscular de la persona que lo encarna…“, detalla Pierre Bourdin Kreitz, coordinador del XR Lab, que espera que, gracias a la creación del lab, se pueda hacer “mucho más a corto y medio plazo”.
Las principales líneas de investigación del XR Lab se engloban alrededor de tres ejes principales: la investigación sobre las tecnologías inmersivas, las aplicaciones en salud y las aplicaciones en el mundo de la educación. “En términos generales, podemos decir que nos interesa estudiar el uso de la realidad virtual y las tecnologías inmersivas como herramientas para llevar a cabo investigaciones tanto a escala tecnológica como de sus aplicaciones, estudiando, por ejemplo, el comportamiento de las personas en mundos virtuales, la aportación de las tecnologías inmersivas en la educación o la salud/salud digital, sin olvidar la parte ética y la protección de las personas y de sus datos”, afirma Bourdin Kreitz.
De momento, el laboratorio está formado, aparte de por Bourdin Kreitz,ingeniero informático y robótico, doctor en psicología cognitiva y especialista en realidad virtual y tecnologías inmersivas, por Rubén Nieto, psicólogo que estudia la utilización de las tecnologías inmersivas para el tratamiento del dolor y David Merino, físico experto en la utilización de las tecnologías inmersivas para problemas de visión y aplicaciones en oftalmología, además de colaboraciones exteriores, como por ejemplo con Mel Slater y el Event Lab. Además, cuenta con cinco estudiantes de doctorado (Asli Konaç, Álvaro Pastor, Xènia Porta, Carlos Torres y Laura Serra), cuya investigación y proyectos de investigación dependen directamente del laboratorio. “Pero hay muchas más personas con quienes tenemos unas relaciones próximas. Especialmente con profesores investigadores de la UOC de diferentes ámbitos. De hecho, creo que somos uno de los pocos *labs* del Hub de Investigación en el que, ahora mismo, hay una interdisciplinariedad efectiva en funcionamiento”, admite Bourdin Kreitz.
«Creo que somos uno de los pocos *labs* del Hub donde, ahora mismo, hay una interdisciplinariedad efectiva en funcionamiento», Pierre Bourdin Kreitz
Así, aparte de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación, de los que Bourdin Kreitz forma parte, colaboran con casi todos los estudios de la universidad, puesto que tienen vínculos con Psicología y Ciencias de la Educación, Derecho y Ciencia Política, Artes y Humanidades, Ciencias de la Salud y Ciencias de la Información y de la Comunicación. Por si no fuera suficiente, también colaboran con grupos de investigación o investigadores de fuera de la UOC, como los de la Unidad de Pericia en Síndromes de Sensibilización Central, del Hospital Vall d’Hebron; el Event Lab, de la Universidad de Barcelona; el Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza; el laboratorio de neurociencia cognitiva de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, o el centro de educación especial de Ankara, entre otros.
La investigación del laboratorio tiene derivaciones eminentemente prácticas. Bourdin Kreitz cita dos ejemplos: “En cuanto a la tecnología y su desarrollo, tenemos un estudio sobre las diferencias entre realidad virtual y realidad aumentada, y cómo estas diferentes modalidades afectan los procesos de la memoria. En otro ámbito, estamos trabajando en un prototipo cuyo objetivo es conseguir una aplicación de campimetría portátil de realidad virtual de bajo coste capaz de medir el campo visual de forma fiable, comprendiendo unos modos de prueba diurna y nocturna. Esto permitiría un mejor seguimiento de los pacientes aislados o con dificultades para acceder a un centro médico especializado. Además, el uso de unas gafas de realidad virtual con seguimiento ocular permitirá mejorar la ergonomía y dará más flexibilidad para estudiar diferentes escenarios, cargar datos para nuevas aplicaciones o simular diferentes patologías”.
«La realidad virtual, aumentada y mixta se aplica a todo tipo de campos, como la psicología, la neurociencia, la medicina y el marketing», Laura Serra
Queda claro que se trata de una tecnología de la que pueden beneficiarse ámbitos diversos. “La realidad virtual, aumentada y mixta se utiliza no solo en el campo de los gráficos por computador y en la interacción hombre-computador, sino que se aplica a todo tipo de campos, como la psicología, la neurociencia, la medicina y el marketing, entre otros”, explica Laura Serra.
Y, además, es una tecnología que no deja de crecer. “Efectivamente -explica Xènia Porta-, el uso de la realidad virtual/aumentada, no solo como elemento de ocio interactivo, sino también como herramienta terapéutica, está en pleno auge. En este sentido, desde este enfoque multidisciplinario que une los esfuerzos de los sectores tecnológico y sanitario, pretendemos dar respuesta a las necesidades de los pacientes a través de enfoques que difieren en ciertos aspectos de los tradicionales, y pretendemos mejorar y diversificar las metodologías de intervención, intentando desarrollar herramientas que puedan resultar complementarias a las líneas de tratamiento habituales o incluso, en algunos casos, representar un tratamiento principal por sí mismas”.
Por todo ello, la creación del XR Lab dentro del Hub Interdisciplinario de Investigación e Innovación tiene toda una serie de beneficios. “El *lab* constituye el entorno y las herramientas necesarias no solo para poder diseñar y desarrollar, sino también para testar y validar con datos de calidad en un entorno controlado, esencial para el desarrollo y la investigación. Además, un espacio de estas características puede motivar que se generen sinergias y colaboraciones beneficiosas en todos los sentidos, desde un investigador ayudando a otro con un problema o impás hasta un nuevo proyecto”, afirma Laura Serra.
«El laboratorio crea oportunidades multidisciplinarias para intervenciones más efectivas», Asli Konaç
En este sentido, Asli Konaç cree que “el XR Lab ofrece recursos para llevar a cabo investigaciones mediante la tecnología inmersiva. Soy psicóloga clínica y en mi campo de investigación estoy investigando el diseño y la eficacia de las intervenciones psicológicas que despliegan las tecnologías emergentes. El laboratorio crea oportunidades multidisciplinarias para intervenciones más efectivas”.
«A pesar de tratarse de una universidad a distancia, son palpables los esfuerzos para mantener una comunidad unida y firme, así como fomentar el trabajo en red y la colaboración activa entre personas y departamentos», Xènia Porta
Por su parte, Xènia Porta admite que, como nueva estudiante de doctorado, la primera impresión que se ha llevado es positiva: “A pesar de tratarse de una universidad a distancia, son palpables los esfuerzos, tanto por parte de trabajadores y docentes como de estudiantes, para mantener una comunidad unida y firme, así como fomentar el trabajo en red y la colaboración activa entre personas y departamentos. Da la sensación de que hay una muy buena interconexión y fluidez de comunicación entre las diferentes áreas que conforman la universidad”. Y disponer de espacios físicos como un laboratorio debe permitir dar más visibilidad al trabajo que se hace. “Creo que con el tiempo, el XR Lab podría hacer más visible nuestro trabajo a otros departamentos de la universidad y a los investigadores de diferentes ámbitos”, concluye Konaç.